Miscelaneas

Buenos Aires 01 de Agosto del 2020

Suplementación de Hierro en Lactantes y Niños

 

 

Suplementación de Hierro en Lactantes y Niños

                                                                                                                         

                                                                                           OMS - 2016

 

Se estima que más de 300 millones de preescolares y niños en edad escolar en todo el mundo padecen de anemia, se supone que al menos la mitad de estos casos son atribuibles a la deficiencia de hierro.
Los niños son particularmente vulnerables a la anemia por deficiencia de hierro debido a sus mayores necesidades en los períodos de crecimiento rápido, en los primeros cinco años de vida.
Esta deficiencia puede ser resultado de una ingesta inadecuada o absorción de hierro en la dieta, el aumento de requerimiento en períodos de crecimiento o en las pérdidas durante la menstruación en las niñas adolescentes, o infección por helmintos intestinales (esquistosomiasis o anquilostomiasis) en áreas endémicas de estos parásitos.
Otras causas importantes que también pueden conducir a la anemia incluyen infecciones (malaria, tuberculosis, VIH), deficiencias nutricionales (vitaminas: ácido fólico, B , A y C), condiciones genéticas, hemoglobinopatías (enfermedad de células falciformes, talasemia) y la enfermedad renal crónica.

La OMS, recomienda la suplementación diaria de hierro en lactantes y niños como una intervención de salud pública para la prevención de la anemia y deficiencia de hierro.

De acuerdo a esta guía de la OMS y las organizaciones que participan en el diseño, implementación y ampliación de los programas de prevención y control de la anemia el hierro es un nutriente esencial para el desarrollo y el crecimiento celular en los sistemas inmunológico y neuronal, así como en la regulación del metabolismo energético y el ejercicio. Por lo tanto, expresa la importancia de la administración de suplementos de hierro al día en lactantes y niños (durante tres meses consecutivos en un año), especialmente en las zonas donde la prevalencia de la anemia es del 40 por ciento o superior. Las dosis diarias para niños de 6-23 meses deben ser: 10-12,5 mg, de 24-59 meses (30 mg), y en los niños mayores de 60 meses (30-60 mg).

Según los expertos que participarón, estos regímenes se deben llevar a cabo en conjunción con la prevención, el diagnóstico y tratamiento de la malaria en zonas endémicas